martes, 24 de febrero de 2009

¿Porqué es necesario plantar iglesias saludables?


Bienvenidos a este espacio de la Iglesia Bíblica El Camino, en el que deseamos compartir ideas y desarrollar un visión amplia y bíblica sobre la necesidad de plantar iglesias.

La pregunta en realidad es ¿Por qué plantar nuevas iglesias, por qué no simplemente hacer más grandes las que ya existen?

Realizando una investigación extensiva en libros e internet, los expertos llegaron a estas conclusiones:

Revisemos los mitos al respecto:
A. Ya tenemos suficientes iglesias, que tienen mucho espacio para las nuevas personas que vendrán. Hay que hacer que se llenen primero, antes de empezar nuevas.
B. Cada iglesia en esta comunidad solía tener más personas que ahora, si las iglesias se están encogiendo. Las nuevas iglesias sólo atraerán a las personas de las iglesias ya existentes y las lastimarán y debilitarán más de lo que están ya.
C. Hay que ayudar a las iglesias que están sufriendo primero. Una nueva iglesia no ayuda a las que se están ahogando, “necesitamos mejores iglesias, no más iglesias”.
D. Porque no soy un pastor profesional, nunca podría plantar una iglesia. Se requieren personas entrenadas en un seminario para plantar iglesias y dirigirlas.
E. Cuesta mucho dinero plantar nuevas iglesias y va a agotar los recursos de la iglesia madre.
F. Nos vamos a quedar sin líderes si los enviamos fuera a plantar otra iglesia y eso va a lastimar a la iglesia madre.

Estas conjeturas parecen tener sentido, pero están equivocadas en muchas formas, veamos por qué.
· Una iglesia no puede alcanzar las necesidades de todas las personas, se necesitan diferentes iglesias para alcanzar a diferentes tipos de personas.
· Si anhelamos ver el cuadro grande de Dios, querremos ver a cada cultura transformada por el evangelio de Cristo, una iglesia saludable no enfoca sus esfuerzos en intentar retener tantos miembros como le sea posible, sino se enfoca en el número de miembros que puede enviar.
· Al pasar de los años si una iglesia no se reproduce se vuelve introvertida, todos sus programas y esfuerzos se vuelves hacia sí misma, siempre hay programas que cuidar, personas con problemas que aconsejar, y nos encerramos en cuatro paredes.
· Una iglesia nueva siempre siente la necesidad de buscar al perdido y enfoca todo su esfuerzo en los que están sin Cristo, y las iglesias establecidas que envían a sus miembros a plantar iglesias, se refrescan con el impulso de atraer más almas a Cristo, es un círculo dinámico que mantiene a ambas congregaciones vivas y sanas.
· Docenas de estudios confirman que una iglesia nueva en promedio gana del 60 al 80% de sus miembros totales en los primeros 10 a 15 años de vida, en el rango de personas que no asistían a la iglesia, después de los 10-15 años, la iglesia gana entre el 80 a 90% de nuevos miembros por transferencia de otras iglesias, eso significa que una iglesia nueva atrae hasta 8 veces más personas al cuerpo de Cristo, que una iglesia más antigua del mismo tamaño.
· No se requieren personas profesionales u ordenadas para plantar iglesias nuevas, en ésta época es probable que hubiéramos descartado a Pedro y Juan los apóstoles por sus pobres credenciales, sin embargo transformaron el mundo entero y hoy nosotros conocemos a Cristo gracias a su testimonio y dedicación al evangelio. No hay cláusulas al respecto en la Biblia, sólo se requiere de personas que crean que Dios hace la obra, la fe se deletrea r.i.e.s.g.o.
· Las iglesias nuevas, por término medio, cuestan menos establecerlas que lo que cuesta mantener los programas de una iglesia existente.
· Las iglesias nuevas son el suelo fértil para desarrollar nuevos líderes ya sean plantadores, miembros de personal o líderes, especialmente laicos.
· Finalmente, cuando el trabajo de plantar una iglesia se ha hecho bien, estas alientan verdaderamente la cooperación en el reino, no la competencia. Esto es verdad si todos los involucrados entienden el propósito de plantar una nueva iglesia.

¿Qué significa esto en la práctica?
Si queremos alcanzar nuestra ciudad, ¿Deberíamos intentar renovar nuestras congregaciones viejas para hacerlas más evangelísticas, o deberíamos plantar muchas nuevas iglesias? Esto es falso o es una dicotomía. Debemos hacer ambas. Sin embargo por todo lo dicho anteriormente está probado, quitando algunas excepciones ocasionales, que la única forma de alcanzar en una escala mayor más almas para Cristo, de forma permanente es plantar nuevas iglesias.

Pero si nuestro anhelo es renovar a todo el cuerpo de Cristo, ¿qué podemos hacer?
Extraño como parezca plantar nuevas iglesias en una ciudad es la mejor manera de revitalizar a las antiguas:

A. Primero, las nuevas Iglesias traen nuevas ideas a todo el cuerpo, sobre la necesidad constante de los nuevos grupos de residentes y las necesidades de las nuevas generaciones. Muchas congregaciones insisten en que todos los recursos disponibles deberían usarse en ayudar a las ya existentes a crecer. Sin embargo no hay mejor manera de ayudar a las congregaciones antiguas a evaluar sus métodos para alcanzar a nuevos grupos que plantando nuevas iglesias.


B. Segundo, las iglesias nuevas son una de las mejores formas de levantar liderazgo fuerte y creativo a la iglesia. En las congregaciones antiguas el énfasis del liderazgo está en la tradición, los programas, la rutina y los viejos éxitos. Las nuevas congregaciones, por otro lado atraen a un porcentaje más alto de personas aventuradas, que valoran la creatividad, el riesgo y la innovación. Muchas de estas personas no se sentirían atraídas a participar en una iglesia establecida que parece tener todo cubierto. Las congregaciones antiguas tiendes a encajonarse, y es difícil para los líderes potenciales trabajar bajo los estilos antiguos, los nuevos líderes no surgirán a menos que sientan la necesidad de usar todas sus capacidades fuera de la caja.


C. Tercero las nuevas iglesias retan a las viejas a auto examinarse. El “éxito” de las nuevas iglesias reta a las antiguas a evaluarse de formas substanciales, las ayuda a definir su visión e identidad, trae humildad, arrepentimiento y esperanza, de que “es posible hacerlo”. Cambia las actitudes pesimistas, y aún el compañerismo entre congregaciones antiguas y nuevas les ayuda a ambas a alcanzar retos que no podrían concretar en solitario.